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Cómo colocar las cadenas para circular sobre nieve

Jul 15 Visto 5777 veces
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Comienzan a bajar las temperaturas. Las primeras nieves ya han llegado y es de esperar que no nos abandonen demasiado durante los próximos meses. Las estaciones de esquí han comenzado a abrir sus puertas con la esperanza de conseguir grandes afluencias de visitantes a pesar de la crisis. Pero no hay que olvidar nunca que para llegar a ellas deberemos circular por carreteras de montaña que quizá se vean invadidas por la nieve.

 Por eso conviene que sepamos hacer frente a la situación. Si no podemos hacernos con unos buenos neumáticos de invierno, será imprescindible conocer el funcionamiento de las cadenas, al menos para las ruedas motrices. Y en cualquier caso, no estará de más recordar la forma más segura de circular sobre nieve.

 

Es conveniente ensayar la colocación de las cadenas en el vehículo cuando no estamos todavía en situación. De esta forma nos evitaremos la penosa situación de tener que familiarizarnos con las cadenas a toda prisa y bajo una tormenta de nieve acompañada de un frío espantoso. Por eso, aunque nunca rodaremos con cadenas si el asfalto está seco, sí que podemos hacer unas cuantas pruebas en casa con toda tranquilidad para asegurarnos de que dominamos la técnica.

Material imprescindible

¿Cuál será el material imprescindible? Una manta para cubrir el suelo (porque si no acabaremos con las rodillas congeladas y destrozadas), un par de guantes (por los mismos motivos) y, lógicamente, unas cadenas apropiadas para nuestros neumáticos. Hay que tener en cuenta que el mercado nos ofrece un amplio surtido de cadenas, por lo que es necesario asegurarse de que las que compramos se ajustan perfectamente a las ruedas de nuestro coche. Si además tenemos a mano una linterna, mejor que mejor, que con el mal tiempo la luz solar tiende a disminuir.

Colocación de las cadenas

Sobre cómo colocar unas cadenas, quizá no exista mejor explicación en este vídeo. Aunque el sonido está un poco bajo, vale la pena verlo atentamente e incluso tomar algunas notas para luego ensayar la colocación de las cadenas con nuestro propio coche.

A la vista de este documento, podemos resaltar una serie de puntos que hay que tener especialmente en cuenta:

  1. Presentar la cadena con el terminal situado hacia la parte delantera del coche.
  2. Colocar el cincho, ya encajado macho con hembra, en su sitio sin soltar el tramo de cadena que lleva al conector de resorte.
  3. Repartir la cadena por toda la banda de rodadura del neumático y amarrar el conector dejando la cadena bien tensada.
  4. Rodar unos metros y volver a tensar la cadena.
  5. Recordar que nunca hay que circular con cadenas si no hay nieve.

Pero no todo es cuestión de saber colocar las cadenas en las ruedas del vehículo. Hay que tener en cuenta que cuando circulamos sobre nieve estamos haciéndolo sobre una superficie sumamente deslizante. Los primeros copos que caen sobre el suelo tienen el mismo efecto que las primeras gotas de agua cuando llueve. Se mezclan con la suciedad del asfalto y forman un barrillo que ataca de forma directa a la adherencia de las ruedas contra el pavimento. Y si la nieve se endurece sobre el asfalto se creará una situación prácticamente similar a la de la circulación sobre hielo, es decir, la carretera pasa a ser una pista de patinaje.

Por eso debemos ser muy suaves con el manejo de los mandos. Nuestro ritmo debe ser constante, sin acelerones, frenazos ni volantazos. En todo momento aceleraremos con mucho tacto y frenaremos lo mínimo imprescindible con una sensibilidad extrema. Además, en todo momento nuestra velocidad debería ser muy reducida para evitar problemas derivados de la falta de adherencia.

Inicio de la marcha

Para comenzar a circular, habrá que tener en cuenta la posibilidad de que patinemos sin control si nos impulsamos con fuerza. Por eso usaremos una marcha más larga de lo normal. Típicamente, arrancaremos en segunda, subiendo el pedal del embrague con delicadeza y acelerando de forma muy suave y constante, sin brusquedades. Además, tendremos que mantener las ruedas rectas en un principio para que se mantenga el equilibrio de fuerzas en la dirección de la marcha. De lo contrario, nos veremos haciendo trompos sin control, como sucede en este vídeo:

Una vez iniciada la marcha, nuestros movimientos deben ser suaves y nuestro vehículo nos debe acompañar adecuadamente. Si previamente no hemos llevado a cabo una tarea de mantenimiento, podemos estar vendidos. Si nuestros frenos no actúan de forma equilibrada o si nuestros neumáticos no están correctamente inflados, podemos tener un problema de estabilidad más que preocupante.

Un apartado clave en la conducción sobre nieve es el absoluto respeto por la distancia de seguridad. Sobre un asfalto helado, la adherencia queda reducida a la mínima expresión, por lo que cabe esperar que la distancia que empleamos para frenar se vea multiplicada por diez en el peor de los casos. Ese dato debería estar presente en nuestra mente para evitar sustos de última hora.

Siempre que sea posible, seguiremos las rodaduras que hayan marcado otros vehículos y, cada cierto tiempo, nos detendremos para comprobar que no se acumula nieve en los pasos de rueda de nuestro coche. Si hay nieve, hay que desalojarla antes de que se compacte y se convierta en un impedimento para girar en una curva.

Coche en la nieve

Toma de curvas

Si en condiciones normales es conveniente llegar a una curva con la velocidad más adecuada a las circunstancias, circulando sobre nieve esta medida resulta vital. Deberíamos llegar a la curva con una velocidad tan reducida que no necesitáramos emplear los frenos durante todo el trazado, empleando una marcha algo larga y acelerando muy suavemente en todo momento. Si fuera necesario soltar el pedal del acelerador, nunca lo haríamos de forma brusca, puesto que el freno motor podría jugarnos una mala pasada.

Subida de pendientes

Como la nieve cae en primer lugar en lugares montañosos, debemos estar preparados para realizar ascensos en estas condiciones. Para acometer una pendiente, lo mejor es hacerlo a velocidad lenta y sostenida, con la marcha más larga posible. Si perdemos demasiada velocidad, al intentar tomar impulso podemos patinar. Si llegamos a detenernos, puede resultar imposible poner el vehículo en movimiento otra vez, ya que una marcha larga puede ser insuficiente para reiniciar la conducción y el coche se nos caerá hacia atrás.

Bajada de pendientes

Si hay subidas, también habrá bajadas. Estas deberíamos acometerlas a una velocidad lenta, usando la marcha más corta posible, usando los frenos con exquisita suavidad y en el menor número de ocasiones posibles. Dicho de otra forma, si circulamos lentamente necesitaremos usar poco los frenos, de modo que comprometeremos nuestra adherencia y estabilidad lo menos posible.

Y si podemos, retrasemos el viaje

Este es un punto que a menudo pasa desapercibido por muchos conductores. Si la cosa pinta excesivamente mal, lo más razonable es evitar o retrasar el viaje. Una llamada telefónica a nuestro punto de destino explicando lo que ocurre siempre será una solución más segura que lanzarse a la aventura de hacer un camino cuyo final puede ser diferente al que esperamos.

Finalmente, hay que recordar la conveniencia de estar plenamente informados de cuanto sucede en la carretera.  La radio también nos puede ser útil en este aspecto si nos preocupamos por seguir aquellos programas que nos puedan ofrecer información meteorológica y del estado de las carreteras.

 

Fuente: circulaseguro.com

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