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Lunes, 21 Febrero 2011 22:14

Evitar la podredumbre en la madera.

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La madera en la fabricación de cascos y palos es un material con grandes virtudes, pero que obliga a un mantenimiento muy riguroso.  En caso contrario podremos encontrarnos con podredumbre y problemas estructurales muy serios.

Lo importante es descubrir la causa del problema ya que ninguna reparación será efectiva si el problema puede volver a surgir. Se debe eliminar toda la madera podrida para que deje de afectar a la madera sana. Una madera podrida es reconocida por su decoloración o las ondulaciones que aparecen bajo las superficies pintadas. También se detecta por el oscurecimiento de la madera o la saturación de humedad. Al utilizar un punzón, la madera podrida se disgrega con poco esfuerzo. Si los tablones de una cubierta de madera están flojos o sueltos, puede ser un indicativo de podredumbre o clavos en mal estado por los que puede esta comenzar. También debe estar atento a zonas de la madera que secan con más dificultad.

 

Cómo evitarla

Detecte las filtraciones y séllelas convenientemente. Lije todas las zonas de madera estropeada antes de proceder al barnizado o el pintado.

Si la zona afectada fuera muy amplia es conveniente eliminar toda la pintura vieja mediante decapantes químicos y rascando una vez que esta esté reblandecida. El decapante debe ser eliminado posteriormente mediante distintos lavados sobre la superficie.  La primera capa de la nueva pintura debe ser una imprimación especial para maderas. Si pinta al aire libre no elija días de viento o con demasiada humedad en el ambiente.

 

La madera contrachapada

 

Se trata de finas láminas de maderas pegadas entre sí mediante colas muy resistentes. Es un excelente material que bien cuidado puede ser eterno. Pero debe tener cuidados con problemas como los hongos ya que se propagan con facilidad sin que sea sencillo su detección.

 

 

Barnizar la madera

Cada cierto tiempo es conveniente dejar la madera con el brillo inicial que tenía al salir del astillero.  Utilice decapantes para eliminar los barnices antiguos y utilice una rasqueta para eliminarlos una vez reblandecidas las antiguas capas. La primera capa de barniz debe darse muy diluida en disolvente para que pueda penetrar en la madera y protegerla mejor. Entre capa y capa, una vez seca, debe pasar una lija muy fina para que se adhiera mejor la siguiente.

 

Al barnizar una madera después de eliminar todo resto de antiguos barnices, hasta llegar a la madera natural, debe dar unas 5 o 6 manos superpuestas.

El barniz tiene menor cuerpo que las pinturas. Por esta razón debe tener más cuidado con las motas de polvo, y evitar las burbujas de aire que se forman en la brocha al cabo de un rato, apretándola contra otra lata que no utilice. Preste atención a la superficie a barnizar y a la brocha utilizada, que deben estar perfectamente limpias.

A veces el barniz tiene una ligera capa incluso en latas nuevas, que al mezclarse y aplicarse darán un resultado parecido al que dejan las motas de polvo. Lo mejor para ello es filtrar el barniz con una doble capa de media de nylon de mujer.

Si trabaja en un día frió de invierno, termine a la hora de comer con los trabajos para dar tiempo a que comience a secar el barniz antes de que bajen las temperaturas y produzcan condensaciones sobre el barniz fresco. Al empañarse se quitaría el brillo al acabado, obligando a un ligero lijado y aplicación de otra capa nueva.

Para barnizar dentro de la cabina el poliuretano es un tipo muy apropiado. Si no desea un brillo excesivo puede frotar una vez seco con un poco de lana de acero o utilizar un barniz de acabado mate.

 

Fuente: www.fondear.org

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