Siempre que conduce un automóvil, el conductor apoya sus pies en el mismo lugar; lo mismo ocurre con la posición de los pies de los pasajeros. Esto, sumado a los movimientos repetitivos, hace que las alfombras de los automóviles se dañen siempre en la misma zona o que se desgasten en forma muy despareja. Trabajando un par de horas con cuidado y con los elementos necesarios, puedes solucionar este problema de manera Bien Simple.