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Manejo y cuidados del hacha.

Ene 26 Visto 5776 veces
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Recuerden que lo principal al momento de utilizar cualquier herramienta es la seguridad,  de igual manera hay que tener en cuenta su transportación y cuidados al terminar de utilizarla.
Primer paso es medir la distancia al rededor nuestro, esto lo hacemos  tomando el hacha por el mango y girando en torno nuestro verificando que no golpeara con otro objeto.

 

Al cortar con el hacha debe ser hacia afuera, nunca con el filo hacia nosotros para evitar resultar heridos.
Al cortar un tronco el corte nunca debe ser vertical, se debe buscar un corte en “V” o cortes diagonales con una inclinación de 60 grados, siempre alternando un corte a derecha y otro a izquierda.

Evitar dirigir los golpes hacia la mano o el pie que sostienen la madera, pues una desviación puede terminar en accidente.

Si lo que se necesita es rajar por la mitad un pequeño tronco hay que trabajar sobre un bloque de leña, por ningún motivo directamente sobre el suelo, este absorbe fuerza del golpe además de que el filo podría penetrar en la tierra y resultar en un hacha con filo mellado.

El corte lo debemos hacer en la parte que está  completamente sobre el tronco de apoyo.

Es muy común que el hacha quede un poco mojada después de utilizarla ya sea por agua o por rocío, para evitar el proceso de oxidación es recomendable secarla después de cada uso, así mismo cuando el hacha ya no se está utilizando debe de estar guardada en su funda , evitar dejarla tirada o clavada en el suelo o algún árbol.

En caso de no tener funda se puede buscar un tronco seco y dejarla clavada teniendo en cuenta que todo el filo quede dentro del tronco, esto a diferencia de clavarla en un árbol verde es evitar el contacto con la humedad y así prevenir oxidación.

Se debe caminar con el hacha tomada por la cabeza, con el filo apuntando hacia adelante o atrás.

En caso de ocupar ambas manos para otras necesidades, colgar el hacha en el cinturón justo en la espalda. Jamás debe colocarse delante, ya que si tenemos una caída puede terminar en una herida.

El hacha se entrega de mano a mano sujetándola por la cabeza en un área sin filo y dando un pequeño golpe en la mano de la otra persona para llamar su atención y la sujete del mango.

Una parte importante del buen cuidado y mantenimiento del hacha es el afilado, un hacha con el paso del tiempo y mucho más con el mal uso (el cual desde luego debemos evitar) pierde su filo, el hacha se puede afilar de diferentes formas ya sea con una máquina o manualmente, si es con máquina el filo debe colocarse hacia arriba y afilar desde el filo hasta el contrafilo manteniendo el hacha un poco mojada durante el proceso.

Es de importancia pasarlo el mismo número de veces por cada lado del hacha para tener un filo bien centrado, hay que tener cuidado de no dejar el filo muy delgado, pero tampoco muy grueso.

Otro método es con una piedra de afilar, se comienza con una piedra áspera y se termina con una más fina, el hacha siempre debe estar mojada o con aceite durante todo el proceso.

Se debe mover la piedra dando pequeños círculos a cada lado y teniendo cuidado de no herirse los dedos.

Cuando se usa una lima es preferible que se apoye el hacha en un tronco quedando el filo hacia arriba y se comience a mover la lima en dirección hacia el contrafilo, realizando este proceso en ambos lados, igualmente manteniendo el hacha mojada durante el proceso.

 

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