Estilo campo: cálido, confortable, funcional. Estilo rústico donde predominan los materiales naturales, maderas, cestos, tejidos. La decoración se integra al entorno natural con colores cálidos, verde, ocre, terracota. Muebles sólidos, ventanas con postigos de madera y antiguas herramientas de trabajo contribuyen al clima de campo. Jarrones con flores y espigas, ollas de cobre y botellones de vino son buenos detalles que contribuyen a acentuar el tono acogedor que caracteriza a este estilo.
Estilo Liberty: romántico, alegre. Estilo campestre difundido en Inglaterra a partir del siglo XIX caracterizado por el uso de motivos florales y animales que se repiten en diferentes elementos: empapelados, muebles tapizados, cortinas, manteles, almohadones, lámparas, etc. Jarrones con flores frescas y velas completan la decoración.
Estilo japonés: simple, equilibrado, armónico. La arquitectura mantiene un orden geométrico con predominio de colores naturalmente neutrales que dan sensación de fuerza y delicadeza a la vez. Los materiales que predominan son el cedro, papel de arroz, bambú, piedra, arce, mimbre. Los muebles y objetos son pocos y multifuncionales (biombos, paneles, bandejas y porcelanas). Predominan los colores claros y el toque de negro contribuye a definir las formas porque se usa con un sentido gráfico. La seda ofrece un toque de color en ropa de cama y almohadones.
Estilo inglés: clásico, sobrio y elegante. Las aberturas y muebles de caoba son típicos de este estilo que revela confort y solidez en elementos característicos como bibliotecas, chimeneas, sillones y butacas Chester tapizados de cuero, escritorios y cuadros con motivos marinos, severos retratos, globos terráqueos y candelabros.
Estilo francés: refinado y exuberante. Paredes de yeso, vidrios biselados, cortinados en las ventanas. Los muebles son en madera tallada, de diseños curvos , sillas tapizadas, exhibidores vidriados que dejan ver la loza y la porcelana. La iluminación se logra a partir de arañas colgantes, veladores de cristal y se multiplica gracias al uso de espejos.
Estilo hindú: exótico, colorido y vibrante. Los muebles sencillos de madera contrastan en un entorno de telas, almohadones y tapices de colores llamativos: amarillo, azul, verde, coral, etc. La riqueza de la cultura hindú se manifiesta en la abundancia de imágenes plasmadas en numerosos objetos decorativos: jarrones, elefantes, figuras de dioses talladas en mármol, cofres de madera y bronce, cuencos con pétalos, etc.
Estilo mediterráneo: luminoso y refrescante. Decoración despojada que abre el espacio a los colores del sol y el mar para que contrasten con el blanco cal que se usa en las paredes. Los colores que predominan son el ocre, oliva, aguamarina y blanco. El azulejo, la madera, la terracota y el ladrillo se usan en pisos y paredes. El mobiliario rústico y robusto es acompañado por elementos decorativos de hierro: faroles, cacharros, enrejados, etc.
Estilo art-decó: opulento, geométrico, ecléctico. La arquitectura hace uso de la simetría y reproduce motivos de guardas aztecas, egipcias, asirios. Materiales lujosos: mármol, ébano, cristal, cromo. Abundancia de muebles de maderas nobles con detalles decorativos florales. Uso de alfombras en pieles naturales.
Estilo mejicano: étnico, de fusión colorida, las paredes macizas lucen en ocre y rojo ladrillo. Aberturas de madera rústica, vigas, faroles de hierro, macetas y tiestos de barro cocido con cactus y especies del medio árido. La decoración se completa con ollas de hierro, cucharas de madera, imágenes religiosas y botellas de tequila.
